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LIBRO BAMIDBAR: NUMEROS

Esta semana comienza la lectura del cuarto libro del Jumash, que lleva el mismo nombre que la Parashá "En el desierto". En la traducción al español se le suele nombrar como "Números" por cuanto el Talmud denomina ese libro como Séfer Hapikudim -Libro de las Cuentas- por el censo del pueblo judío. Esta Parashá es leída siempre antes e Shavuot, festividad que conmemora la entrega de la Torá por D-os a Israel. Así como el novio en el Shabat anterior a su boda es llamado a la Torá como parte de los preparativos de la boda, del mismo modo se lee Bamidbar para anticipar esa unión especial con D-os que se produjo con la entrega de la Torá. El nombre del libro deriva del lugar en que D-os entregó sus leyes: en el desierto, zona inhóspita y deshabitada, para enseñarnos que la Torá no se encuentra supeditada a las limitaciones impuestas por el espacio geográfico o por el tiempo y que tenemos la responsabilidad de cumplir sus preceptos en toda situación, en cualquier lugar y circunstancia ya sea en Israel o afuera y aún en el desierto, tierra desolada. El nacimiento del pueblo judío en el desierto le otorgó un carácter particular -lo hace emerger bajo la dirección única de D-os, libre de estructuras preestablecidas y de la influencia de otras naciones- siendo una experiencia que rompe con las tradiciones previas. La humildad, entendida en términos judíos como el reconocimiento de la existencia de un Ser Superior del cual depende el hombre, es enfatizada al ser entregada la Torá en el desierto porque así como el desierto que no tiene nada sino arena se transformó en un punto santo por la aparición allí de la divinidad, así el cuerpo humano que sólo está formado de polvo accede a la grandeza si permite que la espiritualidad domine sus acciones. El ser humano por sí solo no tiene ningún poder supremo, solo puede desarrollar al máximo su potencial si cumple la voluntad divina que le proporciona una perspectiva apropiada de la vida.

El cuarto censo del pueblo judío fue realizado en el segundo mes -1° de Iyar- del primer año de su recorrido por el desierto, veinte días antes de la supuesta entrada a Israel que luego del episodio de los espías fue demorada por 38 años más. Según el Midrash sólo existieron nueve censos hasta el día de hoy y el décimo y último tendrá lugar con la llegada del Mashíaj. El censo de los judíos no constituye una mera cuenta destinada a conocer su número sino que tiene como finalidad revelar la esencia del alma produciendo su elevación. Es un gesto de equiparación e igualdad que no depende de la condición social, intelectual o económica de la persona sino que está referida a la esencia propia del alma. Por eso para ordenar el censo se usa la expresión: "Elevad las cabezas de toda la congregación de los Hijos de Israel...". Después del censo y la clasificación por Tribus, Moshé instruye al pueblo sobre el modo de acampar y viajar. La ubicación de las tribus en relación al Mishcán es la misma establecida por el patriarca Yaacov. El Santuario estaba en el centro de la nación -Majané Shejiná- rodeado por los Levitas -Majané Leviyá- que a su vez estaba rodeado por el resto de las tribus, tres en cada dirección formando estas el Majané B´nei Israel. Todos estaban envueltos en las Nubes de Gloria.

Hashem ordenó la ubicación de las Tribus en las cuatro direcciones. Según la tradición cada punto cardinal es fuente de determinadas fuerzas: la luz emana del Este; del Oeste la nieve y las tormentas; del Sur las lluvias y el rocío; y del Norte la oscuridad y las influencias malévolas. La ubicación dispuesta por D-os hizo que cada grupo con su particular mérito espiritual combatiera los agentes dañinos derivados de las distintas direcciones.

Los blasones utilizados en la actualidad, tienen su antecedente más remoto en los estandartes -degalim- que identificaban a cada Tribu en el desierto; solo que se distinguen de estos porque aquellas fueron establecidas por D-os según el mérito de cada tribu y con un profundo significado espiritual cuya memoria nos hace mantenernos fieles a la Torá hasta hoy. [regreso al índice]

Esta Parashá es la más larga de toda la Torá; tiene 176 versículos. El capítulo más largo de toda la Bíblia está en el libro de Salmos -Tehilim- es el capítulo 119 que tiene también 176 versículos. El tratado más extenso del Talmud es el Baba Batrá, que a su vez tiene 176 versículos. El nexo de Sinaí a través de la entrega de la Torá se equipara al matrimonio entre D-os y el pueblo judío; por tanto cualquier falta cometida se considera como contraria al convenio establecido entre D-os e Israel.

El censo de las familias de los Levitas -Guershón, Kehot y Merarí- determinó que 8.580 individuos entre 30 y 50 años, eran aptos para la realización del servicio en el Tabernáculo. La Torá tiene carácter eterno, aún los aspectos que no son aplicables físicamente en la actualidad continúan existiendo en el ámbito espiritual. El censo especial de los Levitas les hizo adquirir un alto nivel espiritual: "lo sujeto a numeración no se nulifica" y aseguró que no serían afectados por la desolación del desierto sino que lo transformarían en un lugar de divinidad. Esto nos enseña que así como los judíos estuvieron en el desierto porque D-os lo determinó, del mismo modo cada judío individualmente tiene una misión que cumplir en el lugar donde habita aun cuando ésta sea desolada. "D-os dirige los pasos del hombre, cada persona se encuentra en el lugar que está no por coincidencia sino por Providencia Divina para que cumpla su misión de elevar el nivel de ese lugar. D-os le garantiza a cada judío la habilidad, independientemente del nivel espiritual en que se encuentra, de poder alejarse del mal y acercarse al cumplimiento de Torá y Mitzvot para lograr el mayor refinamiento de su persona. Cuando el judío transgrede un precepto de no hacer, o no cumple un precepto de hacer, es una mitzvá para él hacer luego arrepentimiento -teshuvá, volver a la fuente original. La Teshuvá tiene tres partes: el arrepentimiento por la conducta inadecuada, la confesión oral y la firme decisión de no volver a hacer lo mismo. En esta Parashá se hace referencia a la parte de confesión oral que recibe el nombre de "viduy". La plegaria Ashamnú tiene un carácter confesional, comprende en orden alfabético 22 expresiones de culpa, pecado, o transgresión, se usa en primera persona plural (somos culpables) para destacar la responsabilidad en común que siente el pueblo judío por todas las faltas cometidas por sus miembros. En el judaísmo la confesión se hace directamente ante D-os porque El es el único que puede perdonar nuestras acciones y dejarnos comenzar de nuevo. El Talmud establece que una persona peca cuando le entra una "tontera", un impulso irracional. Un ejemplo de pecado es el adulterio que solo puede ser cometido por una mujer casada y no por una soltera. En el caso que un esposo sospechase de la infidelidad de su mujer debía dirigirse al Cohén quien le hacía beber a ella unas aguas amargas. Si la mujer era culpable inmediatamente moría. También le sucedía lo mismo a la otra persona en cualquier lugar en que se encontrara. En el caso de no encontrarse culpa, era bendecida.

A través de los Cohanim, D-os bendecía al pueblo de Israel con lo que hasta hoy día se conoce como "Bircat HaCohanim". Esta bendición en hebreo consta de 15 palabras, divididas en tres versículos muy breves de tres, cinco y siete palabras. Así dice: "Que D-os te bendiga y te guarde; que haga resplandecer Su Rostro hacia tí y te agracie; vuelva Su Rostro hacia tí y te conceda paz". El primer versículo es una bendición por el éxito en la labor de cada uno y protección en situaciones de peligro. El segundo, es el pedido de iluminación a través del estudio de la Torá y el tercero es una súplica a D-os para que en Su Gracia nos escuche cuando le dirigimos nuestras oraciones. Concluye con una plegaria por la paz en todos los sentidos. Bircat HaCohanim es la única mitzvá cuya correspondiente bendición estipula que debe hacerse "be´ahavá" -con amor. Si una persona ha de impartir la bendición de D-os a las demás debe estar imbuída de un sentimiento de amor hacia quienes la reciben. La ceremonia de esta bendición realizada en las festividades en la Sinagoga, es corta, sencilla y dramática. Debidamente realizada inspira reverencia.

La Parashá finaliza con la descripción de las ofrendas presentadas por las distintas tribus con motivo de la inauguración del Tabernáculo. Todas consistían de lo mismo, lo que variaba era el modo del servicio espiritual de cada tribu pues cada una representaba un modo singular de servir a D-os aún cuando todas juntas constituían la sola entidad del pueblo judío. [regreso al índice]

Esta Parashá se inicia con la mitzvá enconmendada a Aharón de encender las luces de los siete brazos del Candelabro ubicado en el Santuario. El término utilizado para encender es "be´ha´alotja" que en forma literal significa "cuando hagas subir" -cuando eleves. Aharón tenía que encender las llamas hasta tanto estas se pudieran mantener encendidas por sí solas. Las lámparas de la Menorá del Santuario son el símbolo del alma: "La Luz de D-os es el alma del hombre". La misión de Aharón era la de elevar espiritualmente al pueblo, no sólo encendiendo la llama del judaísmo sino engendrando en ellos el amor a D-os que pudiera mantenerse por sí solo sin necesidad de depender de una inspiración externa. Aharón personifica la paz y el amor al prójimo. Tuvo el mérito de acercar al pueblo a la Torá en vez de simplificarla para bajarla al nivel en que ellos estaban. Elevó el nivel espiritual de las personas para que vivieran según lo establecido en ella. Actualmente existe la tendencia en algunos sectores del judaísmo de simplificar el cumplimiento de los preceptos, lo cual atenta directamente contra la esencia y la existencia del judaísmo produciendo un ritual sin significado y un vacío espiritual.

Aún cuando la instrucción del encendido fue dada a Aharón, es aplicable a todos los judíos en el ámbito espiritual porque cada uno es miembro del "pueblo destinado al sacerdocio" y le corresponde iluminar su camino y la de las demás personas con la luz de la Torá. La función de la mujer judía es de gran relevancia pues a ella fue concedido el privilegio del encendido de las luces de Shabat y de las festividades -ella es el soporte espiritual del hogar y por tanto posee las fuerzas necesarias para promover la paz y la armonía, alumbrando tanto a los suyos como al mundo exterior. Aharón cumplió con entusiasmo la mitzvá del encendido de la Menorá. Lo hizo personalmente con toda precisión durante toda su vida aún cuando estaba autorizado para delegar esta función en sus hijos, cosa que nos demuestra la importancia de la disciplina y la constancia.

Los viajes que tuvieron que hacer los judíos durante su travesía por el desierto eran guiados por la voluntad divina por medio de las Nubes de Gloria que indicaban su estadía en determinado lugar o el avance a otro. A veces llegaban a lugares desagradables como Mará o a otros con mayores recursos de agua y árboles. Nunca durante los 40 años supieron la duración exacta de su estadía en un determinado lugar, demostrando así su aceptación y el deseo de seguir a D-os independientemente del lugar en donde se encontraran. La salida de un lugar a otro era anunciada por tres señales: la Nube de Gloria apostada sobre el Tabernáculo se transformaba en una columna recta. Moshé proclamaba "Kuma Hashem" -levántate- ordenando a la Nube a partir y finalmente los Cohanim hacían sonar las dos trompetas de plata con el sonido correspondiente a la partida. Por iniciativa del "airev rav" -aquellos que salieron con los judíos de Egipto- B´nei Israel empezó a demandar carne, además del Maná que era el único alimento que recibían. Moshé se lo comunicó a D-os y El a pesar de su enojo con el pueblo por haber sucumbido al deseo de comer carne, hizo aparecer las codornices -slav- en abundancia para que comieran de ellas hasta que se saciaran y les repugnara, y se dieran cuenta de que aún las cosas más hermosas y deseables se convierten en lo contrario si se tienen en exceso.

La Torá establece que Moshé era la persona más humilde del mundo, aún más que los patriarcas. La humildad es la base de todas las demás virtudes e invariablemente conduce al refinamiento del carácter en oposición a la vanidad que produce la degradación de la persona. La humildad no implica el desconocimiento de los talentos, habilidades y potencial de la persona, sino la conciencia de que todos estos beneficios derivan de D-os y su generosidad. [regreso al índice]

En esta Parashá se narra el episodio de los espías que fueron enviados por Moshé para que conocieran la tierra de Canaán a la cual estaban próximos a entrar. Se designaron doce espías, uno por cada tribu que salieron el 29 de Siván de 2.449 en el calendario hebreo y regresaron 40 días después, el 9 de Av -Tishá Be Av. Diez de los doce espías rindieron un reporte negativo del país diciendo que es una tierra de ciudades fortificadas, de personas gigantes, que sería inconquistable y que la tierra los devoraría, lo cual causó gran desánimo entre los judíos. Solo Caleb ben Yefuné y Yehoshua bin Nun dieron una versión positiva diciendo que es una tierra que mana leche y miel. El desconsuelo hizo al pueblo llorar amargamente la noche del 9 de Av. D-os viendo su actitud de desconfianza y poca fe decretó que por haberse lamentado sin razón haría de ese día una ocasión de verdadero duelo. Como se sabe la destrucción del Primer y Segundo Templo ocurrieron en esa fecha además de muchos otros acontecimientos trágicos para el pueblo judío.

El error de los espías no residió en la falta de fe en D-os como se suele explicar, sino su temor según enseña Jasidut, que estaba fundamentado en que el ingreso a la tierra provocaría la decadencia espiritual del pueblo que tendría que luchar por la sobrevivencia y ocuparse de satisfacer todas las necesidades que en el desierto eran cubiertas por D-os. Los espías, personas de alto nivel espiritual especialmente designados por Moshé, pensaron que la tierra devoraría a sus habitantes en el sentido que las preocupaciones para el logro de su manutención ocuparían todas sus energías en detrimento del estudio de la Torá y el desarrollo de la espiritualidad, que era más fácil de conseguir estando en el desierto aislados, recibiendo Maná del cielo, agua de la Fuente de Miriam y teniendo vestimentas que no se desgastaban. Los milagros que sostenían a los judíos en el desierto no representan el nivel máximo de la experiencia espiritual, sólo fueron una preparación para el verdadero objetivo de tomar posesión de la tierra de Israel y hacerla una tierra santa y al mismo tiempo ocupándose de las cosas comunes del mundo, impregnándolo con la luz espirital y produciendo el verdadero milagro que ocurre cuando lo infinito forma una unidad con lo finito. El objetivo de cada una de las mitzvot -preceptos- es traer la divinidad a este mundo en cada uno de los aspectos de la vida ordinaria -conocer a D-os en todos nuestros caminos- entender que no existe nada que queda fuera de Su dominio.

La falta de comprensión por parte de los espías y de la mayoría del pueblo de que todos los actos del hombre, aún los mundanos están relacionados con la divinidad hizo que esa generación no entrara a Eretz Israel, sólo sus hijos que fueron educados adecuadamente merecieron entrar a la tierra y habitarla cumpliendo los preceptos de la Torá.

En esta Parashá se instruye sobre el precepto de Jalá que nos demuestra que las mitzvot en el judaísmo están relacionadas con el mundo físico, pues nada hay más material que el pan, producto de la tierra y símbolo del sustento del hombre. Al separar la Jalá -masa- mediante la respectiva bendición se está reconciendo que todo el sustento deriva de D-os como Fuente de Vida y ello transforma lo mundano y físico en algo profundamente espiritual. Otro de los significados de la Jalá se puede aprender del proceso de preparación de la masa. Cuando el trigo crece cada espiga es reconocible, luego aún en el proceso de desgranar y moler para obtener la harina los granos son distinguibles. Sólo cuando se agrega el agua se forma la masa y los granos individuales hacen una unidad homogénea. Se puede separar la masa que se entrega al Cohén (en la actualidad ese pedazo se quema). El simbolismo de este proceso consiste en la importancia de la unidad del pueblo judío, cada judío no es una unidad separada independiente de los demás judíos del mundo sino que debe estar preparado para dar de sí mismos y para compartir con los demás. El agente unificador es la Torá que según nuestros Sabios es comparada con el agua que unifica a los judíos de todas las clases y los amasa en un todo.

Cumplir con la mitzvá de jalá es privilegio de la mujer judía. Con ella muestra a su familia lo que significa dar ánimo y ser sensible a las necesidades de los demás. A través de su observancia se revela la presencia de D-os en su casa y recibe la bendición para todos los miembros de su familia. [regreso al índice]

En esta Parashá se narra la sublevación de Coraj que junto con doscientas cincuenta personas más, se rebelan contra la autoridad de Moshé y Aharón alegando que si todo el pueblo tenía la característica de ser santo, un pueblo de sacerdotes, no había necesidad de que éste sacerdocio fuera ejercido por Aharón sólamente y el pueblo liderizado por Moshé. La protesta de Coraj previno de la envidia que sentía por no poder ejercer el mismo liderazgo que sus primos hermanos Moshé y Aharón quienes fueron designados para tal fin por D-os por su nivel espiritual y por su capacidad de no distorsionar la Torá. Moshé fue el más humilde de las personas y Aharón era conocido por su esfuerzos por lograr la paz. Sin embargo eso no frenó a Coraj y a sus seguidores de acusarlos de arrogantes. Explican nuestros Sabios que cuando una persona ve en otra defectos o fallas es generalmente porque las posee y no las reconoce. La envidia y el deseo de poder fueron los móviles de esta acusación. Coráj y su séquito fueron castigados cuando la tierra se abrió y se los tragó vivos confirmándose así la autoridad dada por D-os a Moshé.

En la acción todos los judíos se equiparan pero existen diferencias entre ellos desde el punto de vista espiritual. El Alter Rebe explicaba que los judíos son parte de un todo y cada uno tiene su misión y beneficia a los demás compliendo su función específica, del mismo modo que sucede con los diferentes miembros del cuerpo. No se puede pensar que este formado sólo por cabezas o sólo por manos. Si bien el pueblo judío tiene la misión del sacerdocio que debe impregnar lo mundano con la santidad en todos los actos de la vida diaria como son: forma de vestirse, comer y comportarse, también existen en su seno los sacerdotes que por su grandeza espiritual están totalmente consagrados al servicio sagrado.

Así como el episodio de los espías indica la importancia de la acción en el mundo físico para elevarlo espiritualmente, del mismo modo lo sucedido con Coraj pone el énfasis en el componente espiritual que también está imbuído de elementos mundanos en el servicio sacerdotal (comer de los sacrificios, usar vestimentas especiales). En el judaísmo la necesidad de entrelazar la elevación espiritual con el mundo de la acción mediante el cumplimiento de los preceptos tiene una importancia capital. La actitud de Moshé al tomar la iniciativa de buscar hacer las paces con los revoltosos nos instruye sobre la importancia del "Shalom" -paz. Aún en su posición de lider no deja que el orgullo lo domine y va en busca de la paz. Muchas peleas son prolongadas innecesariamente por orgullo, algunos no piden perdón aún cuando están claramente errados en su posición, otros porque creen tener la razón no lo hacen. Sin embargo debe tomarse en cuenta que ningún esfuerzo por lograr la paz es inútil. Cuando existe una pelea entre las personas el énfasis debe ponerse en la paz y no en quien tiene o no la razón.

Esta Parashá demuestra la influencia que ejerce la mujer sobre su esposo. La mujer de Coraj lo instigó para que liderizara la rebelión, en cambio la mujer de On Benpeles aconsejó a su esposo para que se separara de la conspiración y así lo salvó de la muerte con que fueron castigados los demás. La Torá define a la mujer como "ezer ke´negdó" -una ayuda en su contra- que parece una expresión contradictoria. Explican nuestros sabios que el hombre frecuentemente no es capaz de juzgarse objetivamente y a veces no ve sus defectos pero su esposa es capaz de verlo como realmente es. Si es observante de las leyes de D-os y ayuda a su prójimo, ella debe ayudarlo y estimularlo. Si por el contrario es irrespetuoso y abusivo, ella debe oponerse a esa conducta, señalarle sus errores y ayudarlo a mejorar. Bien sea como "ayuda" o como "opositora" es innegable la importancia de la mujer en el judaísmo en todas las épocas. [regreso al índice]

Las 613 mitzvot de la Torá se subdividen en tres categorías, estas son: 1) Edut -testimonios- como las mitzvot que están relacionadas con eventos históricos de nuestro pueblo y la emuná -fe- que engloba aspectos de nuestras creencias. Como ejemplos de Edut figuran el Shabat como testimonio de la creación del mundo y de la salida de Egipto; la celebración de fiestas como las de Sucot, Pésaj y Shavuot, y las mitzvot de Tzitzit y Tefilin que demuestran la fe en D-os. 2) Mishpatim -leyes- que tienden a preservar el orden civilizado de la sociedad tales como no matar, no robar, honrar a los padres; y 3) Juquin -decretos- compuestos por aquellas leyes divinas cuya explicación no está al alcance de la inteligencia y comprensión del hombre. El origen divino de todas estas categorías de mitzvot es lo que determina la necesidad de su cumplimiento. El judío cumple los preceptos porque son expresiones de la voluntad divina y no porque le parece lógico o razonable. Al hacerlo se refina y eleva la espiritualidad del mundo reafirmando su vínculo de trascendencia. Los Mishpatim aún cuando coincidan con las leyes civiles del país tienen naturaleza distinta, la ley está basada y establecida por el hombre a diferencia de aquella que emana de las palabras "Yo soy D-os, el único D-os..... No matarás". Los testimonios -Edut- no hubiesen sido conocidos por el hombre si D-os no los hubiera revelado aún cuando son racionalmente comprensibles. Los Juquim son la evidencia de la existencia de D-os como un ser supremo con una lógica que va más allá de la comprensible por la mente humana. Existen diferentes ejemplos de Juquim: cashrut o mikvé por ejemplo, pero la Torá establece explícitamente cuatro de ellos como tales: Yibún -la mitzvá que hace el cuñado al casarse con la esposa viuda de su hermano, que no haya tenido hijo; Shatnez -prohibición de usar una prenda de vestir que tenga en su tejido mezcla de lana con lino; Yair LaAzazel -el carnero que se mataba como parte del servicio de Yom Kipur y que servía para expiar las culpas del pueblo judío; Pará Adumá -vaca roja, que es mencionada en la presente Parashá.

Una vaca roja era sacrificada y sus cenizas eran mezcladas con agua que purificaba a la persona que había tenido contacto con un muerto; a la vez quien llevaba a cabo quemar a la vaca roja, se contaminaba. Esta mitzvá que a nuestros ojos no tiene ninguna lógica demuestra la total aceptación de la voluntad divina como antítesis de la idolatría. La única persona a quien se hizo comprender esta mitzvá fue Moshé porque no participó ni activa ni pasivamente en el pecado de idolatría del becerro de oro. El rey Salomón, considerado el más sabio de los hombres, declaró que a pesar de sus esfuerzos y estudios la mitzvá de Pará Adumá estaba fuera del alcance de su comprensión. Hasta el día de hoy han sido quemadas nueve vacas rojas -la primera por Elazar, hijo de Aharón bajo la supervisión directa de Moshé; otra, en tiempos de Ezra, la tercera y cuarta en vida de Shimón Hatzadik, dos más en tiempos de Yojanan el Gran Sacerdote. Desde la destrucción del Segundo Templo fueron quemadas tres vacas más. La décima y última será preparada por Mashíaj.

Después de Matán Torá D-os elevó a los judíos por encima del poder del Angel de la Muerte. Al no estar sujetos a la muerte -como antes del pecado de Adán- la impureza desaparece. D-os designó a la vaca -madre del becerro- para purificar la impureza causada por el pecado del "becerro de oro". El angel de la Muerte no pudo ejercer su poder sobre seis justos -tzadikim- quienes murieron al partir su alma por el llamado Beso Divino -mitat neshicá. Ellos fueron: Abraham, Itzjak, Yaacov, Moshé, Aharón y Miriam.

Miriam muere el 10 de Nisán del cuadragésimo año en el desierto a la edad de 123 años. Aharón su hermano, muere a la misma edad, el 1° de Av del año 2.487. La "Fuente de Miriam" de la cual los judíos tomaban agua durante su estadía en el desierto desaparece temporalmente con la muerte de Miriam para que tomaran consciencia que existía por el mérito de ella. Lo mismo sucede con la desaparición temporal de las Nubes de Gloria que acompañaban a Israel por el mérito de Aharón y que son restituidas por el mérito de Moshé. [regreso al índice]

Después de la victoria del pueblo de Israel contra Sijón y haber vencido al amorita Og rey de Bashan, sobreviviente de los gigantes existentes antes de la época del diluvio, los demás pueblos por donde tenían que pasar los judíos les tenían gran temor. En Moab se designó un nuevo rey llamado Balak, quien usó los servicios de Bilam para que con sus poderes maldijera al pueblo judío. De acuerdo a la Guemará Bilam era hijo de Laban y creyó en la calumnia de que Yaacov había robado a su padre sus posesiones, de allí el odio que profesaba a todos sus descendientes. En Egipto como consejero del Faraón fue el que propuso que los recién nacidos judíos varones fueran echados al Nilo. Tenía además especial adversidad por Moshé porque se consideraba su igual en sabiduría. Bilam a diferencia de Balak ocultaba su odio hacia los judíos bajo su poder de profecía. Bilam imploró a D-os que le permitiera maldecir a los judíos pero mientras formulaba la maldición en su mente y corazón D-os cambiaba su intención y le hacía pronunciar lo contrario de lo que estaba pensando, por ello de cada bendición podemos deducir la maldición respectiva.

Los cuatro ayunos referidos por el profeta Zacarias 8:19 son: Tzom Guedaliá -Ayuno de Guedaliá, Asará Betevet -10 de Tevet, Shiva Asar Betamuz -17 de Tamuz y Tisha BeAv -9 de Av. Todos están relacionados con la destrucción del Templo -Beit Hamikdash- y con el exilio. El ayuno del 17 de Tamuz empieza temprano en la mañana y culmina al anochecer. En estas fechas ocurrieron varios acontecimientos lamentables: el rompimiento de las Tablas de la Ley de Moisés, cuando al bajar del Monte Sinaí vió a los judíos idolatrando al becerro de oro. En el año 70 e.c. en ese día son derivadas por los romanos al mando de Tito las murallas que protegen a la ciudad de Jerusalem dando inicio así al proceso de destrucción del Templo que ocurre el 9 de Av. También en el mismo día los romanos queman públicamente un Sefer Torá y construyen un ídolo en el patio del Templo. El antecedente más remoto de esa fecha ocurre cuando por primera vez Noaj manda a una paloma fuera del Arca para saber si las aguas habían bajado de nivel mostrando tierra seca y esta regresa sin ninguna señal. De allí se considera que en ese día el pueblo judío no tendría reposo como no pudo tener la paloma porque las aguas cubrían toda la tierra.

El período de tres semanas que va del 17 de Tamuz al 9 de Av es un tiempo de luto en el cual ocurrieron los hechos que dieron lugar a la destrucción de los dos Templos, en ese lapso no se celebran bodas ni fiestas. Ese tiempo se conoce con el nombre de Bein HaMeitzarin -entre limitaciones, problemas. Es un tiempo en el cual estamos llamados a la reflexión. Dice el Talmud que el Beit Hamikdash fue destruido por el odio gratuito existente entre los judíos -sinat jinaim- la envidia y el egoísmo fueron la semilla de la destrucción. Es nuestra responsabilidad revertir ese proceso de trágica declinación practicando el amor gratuito -ahavat jinam- cultivando un espíritu de solidaridad, apoyo, perdón y comprensión mutua. De este modo como dice Maimónides, estos días de luto se transformarán en días de fiestas y alegría con la construcción del tercer y último Templo. [regreso al índice]

El fracaso de Bilam en maldecir al pueblo de Israel (las maldiciones se convirtieron en bendiciones) conduce a Balak y a los nobles de Midyan a poner en acción otro plan que logra tener éxito al hacer pecar a los judíos. Las mujeres moabitas seducen a los hombres judíos, los embriagan, les hacen adorar a su ídolo Ba´al Peor y cometen actos inmorales. Kozbi hija de Balak, es llamada por Zimri, príncipe de la tribu de Shimón a su tienda en abierto desafío a Moshé y a las leyes imperantes. Pinjas hijo de Elazar y nieto de Aharón mata a ambos en nombre de D-os salvando así al resto del pueblo del castigo divino. La plaga que se había desatado por los pecados cometidos mató a 24.000 judíos, todos de la tribu de Shimón. Este acontecimiento de Shitim es considerado de mayor gravedad que el del becerro de oro cuando mueren 3.000 personas, ya que al nuevo pecado de idolatría se suma el de inmoralidad que es castigado con gran severidad. A lo largo de la historia cada tribu produjo grandes líderes, con excepción de la tribu de Shimón de la cual provenía Zimri. Nuestros sabios explican que si Pinjas hubiese preguntado al Tribunal si se debían tomar medidas contra los pecadores, éste hubiese respondido en forma negativa. La acción cometida por Pinjas con sus sentimientos de celo a D-os está calificada en la Ley judía como "es ley pero no se instruye". El Tribunal no puede ordenar el castigo pero la persona, como el el caso de Pinjas que estaba presente en el acto vergonzoso, está obligada a reclamar y a obrar contra la profanación del Nombre de D-os.

Pinjas es premiado por D-os con un pacto de paz para sus descendientes. Se le premia con el sacerdocio eterno por cuanto mostró amor por su D-os y logro expiación para los hijos de Israel. Durante la época del Primer Templo 18 Cohanim Guedolim -Grandes Sacerdotes- fueron descendientes de Pinjas y durante el Segundo Templo, ochenta. A pesar de que Moshé había intervenido numerosas veces para aplacar la ira de D-os contra su pueblo, no fue premiado como Pinjas. La actuación de ambos era diferente, Moshé lograba el perdón por medio de la plegaria que era escuchada por D-os; Pinjas lo hacía por medio de la acción llevando a las personas al arrepentimiento.

La abnegación de Moshé era de naturaleza espiritual, en cambio la de Pinjas era física, arriesgaba su vida. Cuando el servicio de la persona es el resultado de la iluminación divina que impregna el mundo físico como es el mundo de Moshé, no hay garantía de la durabilidad de su efecto -el nivel físico no se purifica ni eleva y regresa a su estado anterior una vez que la iluminación espiritual cesa. Cuando la iluminación espiritual deriva del servicio del hombre como en el caso de Pinjas quien con su acción eleva y purifica el mundo físico llevando a las demás personas a retornar a su esencia, entonces el efecto es duradero y el perdón permanente.

D-os instruye a Moshé para que se enfrente en guerra contra Midyan por la tentativa de estos de corromper a los israelitas moralmente y de intentar destruirlos espiritualmente, lo que es aún más grave que la destrucción física como la que pretendía Egipto. En la actualidad tendríamos que reflexionar sobre las precauciones que tomamos para la protección física y espiritual de nosotros y de nuestros hijos. Se han hecho numerosas racionalizaciones para justificar la exposición de los niños a la gran cantidad de material sobre violencia en los medios como algo normal del mundo que los rodea porque "tienen que acostumbrarse porque no se les puede tener en una cúpula de cristal". Sin embargo las enfermedades contagiosas, las radiaciones y las altas velocidades también son parte del mundo real pero ningún padre responsable expondría a sus hijos a ello. Entonces, se hace el mismo énfasis en la protección espiritual? La Torá así lo exige porque según su perspectiva la espiritualidad es la vida. [regreso al índice]

Con estas dos Parashot se finaliza la lectura del cuarto libro de la Torá, Bamidbar -Números, literalmente "En el desierto". Las Parashiot -porciones de la Torá- son leídas siempre durante el período de las tres semanas que van del 17 de Tamuz al 9 de Av, ambas fechas de ayuno, la primera por haber caído las murallas que rodeaban la ciudad de Jerusalem y la segunda, por la destrucción del Templo en el año 70 de la era común. Si bien este es un tiempo de constricción y tristeza por la destrución del Templo, también lo es de esperanza por la construcción del Tercer y último Templo con la llegada del Mashíaj.

Matot -tribus- significa en su traducción literal palos, estacas, un pedazo de madera seca, fuerte y firme que alude a la fortaleza del alma y su posibilidad de sobreponerse a las limitaciones del mundo físico, a los tiempos de exilio. Durante su travesía por el desierto el pueblo por mandato divino hizo 42 viajes cuyas estaciones son mencionadas en la Torá. Todos estos viajes se consideran parte del éxodo de Egipto, no sólo el primero cuando efectivamente salieron de Ramsés y acamparon en Sucot. Si se entiende que Egipto -Mitzraim- no solo es un lugar sino un estado espiritual ya que todo el tiempo que el pueblo judío no esté en su tierra se considera que está restringido, limitado y por tanto cada viaje representa la salida de esta limitación. De las 42 estaciones, el primer año antes del envío de los espías, estuvieron en 14 lugares y después de la muerte de Aharón en el cuadragésimo año de su travesía por el desierto se quedaron en ocho lugares. Así durante los 38 años restantes se detuvieron en 20 estaciones. En Kadish, acamparon por 19 años. La travesía por los distintos lugares del desierto era parte del plan divino para curar a los judíos de las enfermedades físicas y morales que habían contraído durante el largo exilio en Egipto, dando tiempo suficiente para la preparación espiritual necesaria para la entrada a Eretz Israel.

Masei -viajes- no solo hace referencia a los viajes que acercaban cada vez más al pueblo a la Tierra Prometida; sino también en su acepción espiritual que alude al refinamiento y a la elevación logrados por las personas a través del cumplimeiento de Torá y mitzvot.

D-os instruyó a Moshé sobre la distribución de la tierra entre las Doce Tribus. A las de Menashé y Efrayim les correspondió doble porción pero la Tribu de Leví no recibió ninguna. Sólo los hijos varones tenían derechos hereditarios en la tierra de Israel. Sin embargo es conocido el episodio de las cinco hijas de Tzofad -un judío fallecido en el desierto- quienes reclamaron su derecho a todos los niveles del sistema judicial establecido hasta llegar a Moshé quien consultó a D-os y Este respondió que ellas tenían razón en su reclamo y debía serle asignada una porción de tierra en Israel como herederas de su padre. Lo ocurrido demuestra una vez más el amor de las mujeres judías por la tierra de Israel y la tenacidad en su lucha por obtener los derechos que les correspondían por sobre todos los obstáculos aún cuando éstos fueran de carácter legal.

En Parashá Matot se establecen las leyes relativas a las promesas -néder- y juramentos -shvuá. Existen tres situaciones en las cuales un judío, a conciencia de su compromiso, puede hacer una promesa o voto como por ejemplo cuando ha adquirido malos habitos que quiere dejar, hace una promesa para reafirmar su decisión. Si a la persona se le presenta una mitzvá, puede prometer hacerla para no perder la oportunidad y también se acostumbra hacer promesas en tiempos de crisis, tradición que viene del patriarca Yaacov quien prometió a D-os donar la décima parte de sus ganancias si regresaba sano y salvo de la persecución de su hermano Esav.

El término néder se aplica cuando la persona promete restringirse en relación a determinado objeto, por ejemplo, dejar de tomar vino. Cuando la persona promete restringirse en relación a la ejecución de determinada actividad está haciendo un juramento -shvuá. En ambos casos las promesas son obligaciones aún cuando no se pronuncie el nombre de D-os en ellas. De allí la tan popular expresión "bli néder" -sin promesa- cuando se planifica o manifiesta alguna intención y no se tiene la seguridad de cumplirla.

Moshé ve la tierra de Israel desde el Monte Nevó y nombra por orden de D-os a Josué -Yehoshúa ben Nun- su sucesor en la conducción del pueblo. Moshé es instruído sobre las últimas mitzvot relativas a Eretz Israel en compensación a la prohibición de su entrada al país. [regreso al índice]

LIBRO DEVARIM: DEUTERONOMIO

Esta Parashá da comienzo al quinto libro de la Torá que lleva el mismo nombre y que también es traducido como Deuteronomio. Generalmente se le denomina "Mishne Torá" -la repetición de la Torá- porque en él Moshé repasa prácticamente toda la Torá con el pueblo antes de su muerte. Se dirige a la generación que entraría a Eretz Israel y por ello repetidamente enfatiza el mandamiento contra la idolatría para prevenir a los judíos de las prácticas de los pueblos que habitaban en Canaán. Cuando Moshé se dirigía a la generación que estuvo presente en Matán Torá -Entrega de la Torá- en Sinaí, no utilizó nunca el término "creer" sino los verbos ver, oir y saber, porque todos los acontecimientos fueron presenciados por ellos o sus padres y por tanto tenían conocimiento cierto de los hechos. Como las generaciones sucesivas tendrían que basarse en el testimonio de sus antecesores, el Libro D´varim enfáticamente ordena a cada padre transmitir a sus hijos los acontecimientos de Matán Torá. Estudiar el Libro de D´varim es una manera excelente para reafirmar la fe -emuná- palabra que proviene del hebreo emet -verdad- porque hace referencia a los preceptos fundamentales de amor y temor a D-os y nos conduce a reconocer la Grandeza de D-os y su Torá.

En este libro se advierte sobre los futuros castigos por el olvido de la Torá, siendo uno de ellos la dispersión de los judíos a lo largo y ancho del mundo. Concluye con la profecía de la Redención Final para así cerrar el ciclo iniciado con la creación del mundo. Moshé frente a todo el pueblo reunido en asamblea, para lo cual D-os hizo el milagro de magnificar su voz, habla al pueblo haciendo alusión a los eventos y experiencias negativas ocurridas durante la travesía en el desierto. El nombramiento de los 70 jueces a los cuales se refiere Moshé nos enseña que D-os no consideraba beneficioso el monopolio del liderazgo y aún cuando los jueces no podían equiparar el nivel de eminencia de Moshé, podían desarrollar niveles de grandeza y distinción, cada uno según su potencial.

Cada persona tiene la misión de descubrir la mejor forma de poder utilizar sus talentos para servir a D-os. A cada individuo se le da ciertas habilidades las cuales debe desarrollar al máximo y el patrón de comparación no es respecto a otra persona, sino a sí mismo, a la posibilidad de desarrollar su propio potencial.

En el Tratado Talmudico "Makot" se lee el siguiente relato: Sucedió que Raban Gamliel, Rabí Elazar ben Azaria y Rabí Akiva, luego de la destrucción del Segundo Templo, ascendieron a Jerusalem. Cuando arribaron al monte Tzofim rasgaron su ropas. En el Monte del Templo vieron a una zorra saliendo del lugar donde estuvo el Kodesh HaKodashim -Arca Sagrada. Rompieron en llanto mientras Rabí Akiva reía. Le preguntaron: por qué te ries? El les dijo: por qué lloráis vosotros? Entonces ellos respondieron: Pues está escrito sobre el Templo (Num. 8): "el ajeno que se acercare morirá" y ahora las zorras deambulan por allí... no hemos de llorar? Respondióles Rabí Akiva: Por eso mismo rio yo, pues está escrito (Isaías 1): "Y pondré para Mi por testigos fidedignos a los sacerdotes Oriá y Zejariahu". Qué relación hay entre Oriá y Zejariahu, si Oriá vivió durante la época del Primer Templo y Zejariahu durante la del Segundo? ...... Han sido colocados juntos en el versículo para hacer depender la profecía de Zejariahu de la de Oriá. en el caso de Oriá está escrito (Mijá 3): "Por eso, a causa de ustedes, Tzión como un campo será arada" (profecía de la destrucción del Templo e inicio de la Diáspora). En el caso de Zejariahu está escrito (Zejaría 8): "Todavía volverán a residir ancianos y ancianas en las calles de Jerusalem" (profecía de la redención y la reconstrucción de Jerusalem). Continúa entonces Rabí Akiva con su explicación: Mientras no se había cumplido la profecía de Oriá, temía yo que no habría de cumplirse tampoco con la de Zejariahu. Ahora que se ha cumplido la profecía de Oriá, estoy seguro de que también la profecía de Zejariahu habrá de cumplirse. Le contestaron entonces los otros: Akiba !! nos has consolado !!.

El Shabat que precede a Tisha Be´Av se llama Shabat Jazón por cuanto se lee como Haftará -porción del Libro de Profetas- la famosa visión -Jazón- de Yeshayahu ben Amos -Isaias. Esta profecía con la que se inicia el libro de Isaías expone las advertencias del profeta al pueblo en sus días previos a la destrución del Templo, instándolo a arrepentirse de sus malas acciones y así evitar la desgracia. El pueblo no prestó atención a sus palabras y sucedió la destrucción. En el episodio extraído del Talmud antes relatado, leemos el diálogo mantenido por los grandes Sabios del pueblo de Israel poco tiempo después de la destrucción del Templo. No cabe duda que también Rabí Akiva sentía dolor por la destrucción del Templo pero él se alegró al ver al zorro ya que comprendió que habría una futura redención definitiva que llevará al pueblo a un estado sin precedentes: florecerá lo espiritual y lo material simultáneamente, regresará todo el pueblo a la tierra santa y se restaurará el reinado de David como antaño. Más esa maravillosa redención depende de la destrucción y el exilio precedentes. Por eso Rabí Akiva al ver a Jerusalem destruida sintió que su corazón se llenó de alegría y tuvo fé en la segunda parte de la profecía: D-os haría regresar a los expatriados, trayendo la redención de Israel. Si bien es cierto que Rabí Akiva reveló el motivo de su alegría y que su explicación fue aceptada por sus compañeros, pareciera ser que aún hay un aspecto que exige aclaratoria. Uno de los más profundos interrogantes que presenta la doctrina judía consiste en el cuestionamiento del descenso del alma de su altura celestial, al plano de lo corpóreo y material. Definida como algo espiritual y puro el alma que procede de mundos espirituales elevados desciende de su nivel y se materializa en un mundo físico y material, mundo que para el alma es algo diaspórico. Entonces para qué se envió al alma al mundo material? La respuesta es de un descenso en aras a un ascenso. Vale decir que después que el alma lleve a término su misión en este plano inferior, no sólo regresará a "su lugar" de origen sino que será acreedora al privilegio de elevarse a un nivel superior, que no tendrá parámetros de comparación con su nivel anterior. En tanto el alma permanece en un nivel original, antes de descender al mundo, carece de la posibilidad de cambio que la hiciera acreedora al privilegio de elevación. En las esferas espirituales el alma no se enfrenta con pruebas que la inciten, y no precisa luchar para mantenerse en el camino correcto.

La constricción y el luto que caracterizan las tres semanas y en especial los nueve primeros días de Av son interrumpidos en Shabat, porque en ese día debe prevalecer la alegría. En el Shabat anterior a Tisha Be´Av debe incrementarse aún más la alegría, más de lo usual para que no quede ninguna sombra de tristeza pues se le compara con la época de la Redención por venir que será definitiva en perfección espiritual. Desde el Shabat despues deTisha Be´Av hasta el de antes de Rosh Hashaná siguen una serie de siete Haftarot con profecías de consuelo y salvación que tendrá el pueblo judío y que se conocen con el nombre de Shivá de Nehamatá -siete de consuelo. [regreso al índice]

Esta Parashá comienza con el ruego de Moshé a D-os para que lo deje entrar a la Tierra Prometida. Aún cuando Moshé sirvió durante toda su vida a D-os, no hace esta petición como recompensa sino en todo de súplica. Sabiendo que tenía escaza oportunidad de que su ruego fuera concedido siguió rezando hasta el final, lo que nos demuestra que ningún rezo es en vano aún cuando no se obtengan resultados tangibles e inmediatos.

Moshé exhorta al pueblo para que se mantenga siempre fiel a la Torá cumpliendo sus leyes y preceptos como la única forma de vivir plenamente y cumplir su misión en el mundo. Sin embargo, profetiza que luego de la llegada del pueblo a Eretz Israel y después de vivir allí por varias generaciones pecará, se volverá idólatra y será exilado, dispersado entre todas las naciones del mundo. Ocho siglos y 52 años después del éxodo de Egipto el pueblo fue expulsado de Eretz Israel cumpliéndose la profecía de Moshé.

Durante su permanencia en el exilio Moshé advierte al pueblo que debe hacer Teshuvá, retornar a su esencia judía y a sus raíces. Dicen nuestros Sabios que aún en los casos más extremos de alejamiento de D-os siempre existe la posibilidad de establecer relación con El. Dice el pasuk "buscarás a D-os y lo encontrarás" ya que en este caso buscar ya es encontrar. A diferencia de la búsqueda de un tesoro que de no ser encontrado resulta en vano. En este caso la misma búsqueda, el proceso de acercarse a D-os y la disposición a mejorar, ya constituye un encuentro.

En esta Parashá Moshé repite los Diez Mandamientos que aparecen por primera vez en Parashá Yitró, pues esta generación pronta a entrar a Israel no los había oído directamente la vez anterior, aún cuando sus padres se lo relataron vívidamente. Los Diez Mandamientos están escritos en singular para que cada persona entienda que tiene la obligación de cumplirlos. Además los últimos cuatro mandamientos empiezan con la palara "y" : "y no robarás..... y no cometerás adulterio...." lo que nos enseña que el trasgredir uno, inevitablemente nos lleva a incumplir los demás. El mandamiento "no matarás" implícitamente comprende otras prohibiciones como las siguientes: dar testimonio que pueda provocar la muerte de alguien o negarse a revelar un secreto que pueda salvar a una persona de la destrucción -matar a alguien hablando mal de él- o avergonzar´públicamente al prójimo, acortar la vida a quien está cercano a la muerte (eutanasia), practicar abortos, y para un juez, condenar a muerte a un inocente.

Moshé enseña al pueblo la mitzvá de reconocer y creer en la unidad y unicidad de D-os por medio del precepto de Shemá Israel que debe ser recitado dos veces al día, en la mañana y en la noche, antes de dormir. Cuando se ve el Shemá escrito en hebreo se pueden distinguir dos letras que sobresalen por su tamaño; la Ayin, última de la palabra Shemá -oye- y la Dalet, última de la palabra Ejad -uno; estas dor letras forman la palabra "ed" que significa testigo. Los judíos testimonian la verdad de la unicidad de D-os que proclaman dos veces al día. El Shemá consta de tres párrafos: 1) "Veahavta" -y amarás a D-os, que establece el amor a D-os como mitzvá, se ama a D-os porque El lo ordena y además, con todo el ser, tanto con "la inclinación al bien" como con la "inclinación al mal" por eso se utiliza la palabra levavja (en plural: corazones). 2) "Vehaya im shamoá tishmeú et mitzvotai", que exhorta al cumplimiento de las mitzvot, está expresada en plural para denotar la importancia de su cumplimiento por todo el pueblo judío y 3) "Vayomer", que hace referencia al éxodo de Egipto. Cuando se dice el Shemá se cubren los ojos porque se considera que está presente en ese momento la Providencia Divina.

T´u Be Av -15 de Av, es una fecha festiva que se conmemora porque en ese día en el año cuadragésimo de la travesía por el desierto cesó la muerte de aquellos que formaban la generación que hizo caso al informe negativo de los espías que habían entrado a Eretz Israel. También fue el día en que se permitió los casamientos entre los jóvenes de las diferentes tribus, que antes habían estado prohibidos. Ese día se equipara al de Yom Kipur porque en él D-os perdonó el pecado de lo espías y en Yom Kipur, el del becerro de oro; con la diferencia que en T´u Be Av no se ayuna. [regreso al índice]

La mitzvá de la lectura del Shemá que debe hacerse dos veces al día incluye tres preceptos fundamentales: Creer en la unidad de D-os y su poder sobre todo el universo; amor a D-os como una condición necesaria para el cumplimiento de su voluntad y estudiar Torá. El precepto de fijar la Mezuzá en las puertas de las casas es para recordar la unidad de D-os y la vinculación con El, al salir y entrar a la casa. La recompensa de larga vida para la persona y sus hijos, es expresada enseguida después de su enunciado, tal como sucede con la mitzvá de honrar a los padres. Nuestros sabios dicen que cuando una persona fija una Mezuzá a la entrada de su casa D-os protege ese hogar. Esa protección no es una recompensa por haber cumplido el precepto sino que es parte integral de la mitzvá y resultado de la misma. La parte más importante de la Mezuzá no es la del estuche exterior que puede tener cualquier forma sino el pergamino que está en su interior sobre el cual se escriben a mano por un escriba especializado los párrafos de Shemá Israel y Vehayá. El pergamino debe derivar de la piel de un animal casher y no se pueden hacer correcciones ni tachaduras. Cada palabra debe ser escrita con la misma frecuencia en que aparece en la Torá. Existen 4.649 leyes que deben seguirse para la escritura de cada Mezuzá. Cada Mezuzá contiene 22 líneas y 713 letras que deben estar perfectas para que la misma sea considerada casher. Su escritura demora de dos a cinco horas dependiendo del escriba. Cada letra posee las especificaciones de cómo debe ser escrita y la parte más difícil es la de escribir con finas líneas las coronas que llevan algunas letras.

El equivalente hebreo de la palabra "mezuzá" es de -65- que es el valor numérico de uno de los nombres de D-os: "Adonai", cuya acepcióin es la de Amo del Universo. Al cumplir la mitzvá Lo reconocemos como tal. Las letras que forman la palabra Mezuzá arregladas en forma diferente forman las palabras "zoz mavet" que significa "la muerte se fue". La Mezuzá aleja la muerte, la tristeza y la depresión. En el reverso del pergamino aparece el nombre divino "Shaday" que también es acróstico de las palabras en hebreo "Shomer Dlatot Israel" que significa: Guardian de las Puertas de Israel. Las Mezuzot deben ser revisadas por lo menos dos veces en un período de siete años. Se acostumbra hacerlo en el mes de Elul -septiembre- para mostrarle a D-os la diligencia que tenemos en el cumplimiento de Sus preceptos antes de las festividades solemnes.

En esta Parashá Moshé transmite al pueblo las bendiciones que tendrá en este mundo si cumple las ordenanzas y los preceptos que les ordenó. Entre ellas se pueden mencionar: la bendición al fruto del vientre y al fruto de la tierra, al trigo, al mosto y al aceite así como la eliminación de las enfermedades, de la esterilidad y del dominio de los países que los adversen. También les explica que la recompensa mayor por el cumplimiento de mitzvot no se da en este mundo que es tan sólo la antesala del Mundo Venidero donde se da el máximo de deleite espiritual. Nuestros sabios describen nuestro paso por el mundo diciendo: "Este mundo se asemeja a una antesala. El Mundo Venidero se compara a un palacio, prepárate bien en la antesala para ingresar al palacio". El descenso del alma a este mundo material tiene una misión. Ese descenso, cuyo propósito es una maravillosa elevación en el mundo venidero después de concretar su objetivo, está sujeto a numerosas pruebas que se le imponen. En general, las pruebas por las que atraviesa la persona en su vida son de dos categorías: abundancia y/o dolores y problemas. Como ejemplo de pruebas podemos considerar la conocida historia de la vida de Job.

El pueblo judío deambuló por el desierto durante 40 años antes de entrar a Eretz Israel. El propósito de este deambular lo atestigua la Torá en Deut. 8:2 "Hacerte sufrir para probarte, para saber qué hay en tu corazón -si cuidarás mis preceptos o no". para merecer el regalo de la tierra de Israel el pueblo judío está obligado a demostrar que es digna de recibirla.

La Torá ordena recitar Bircat Hamazón -la mitzvá de bendecir a D-os después de haber comido pan. Esta bendición está compuesta por cuatro partes: Bircat Hazán -la bendición a Quien alimenta a todos los seres, instituída por Moshé cuando fue recibido el Maná. Bircat Haáretz -bendición a la Tierra, introducida por Josué cuando tuvo el mérito junto con el pueblo de entrar a la Eretz Israel. Bircat Yerushalaim -la bendición por la paz en Jerusalem, establecida por los Reyes David y Salomón, donde también se pide por la pronta reconstrucción del Templo. Hatov Vehametiv -la bendición por Quien es Bondadoso, añadida por los Sabios para conmemorar el milagro ocurrido en relación a la revuelta de Bar Kojba después de la destrucción del Segundo Templo.

La Parashá finaliza con el enunciado de dos mitzvot: la mitzvá de amar al guer tzédek -converso al judaísmo por justas razones y desinteresadamente- y el precepto de rezar, que es considerado como el servicio del corazón, la forma de acercarse a D-os y elevarse espiritualmente. [regreso al índice]

Cada Shabat después de la Parashá correspondiente se lee una parte seleccionada de los profetas. Esta lectura recibe el nombre de Haftará y generalmente está relacionada con el contenido de la Parashá con excepción de los tres sábados anteriores a Tishá Be´Av, cuando las Haftarot se refieren a la destrucción del Templo y a la diáspora. Después del 9 de Av, D-os consuela al pueblo judío por intermedio de sus profetas diciéndoles que serán redimidos. Estas palabras de consuelo son las leídas durante las seis semanas siguientes y reciben el nombre de "Siete de Consuelo". El sábado que es el tercer "Shabat de consuelo" se lee por tercera vez profecías que vaticinan un destino prometedor para el pueblo judío. De acuerdo a la ley judía una cosa que se repite tres veces cobra fuerza y enfatiza el tema. Como ejemplo se puede usar el derecho de propiedad. Si una persona habita en una casa por tres años sin que nadie proteste, adquiere un derecho de dominio sobre ella aún cuando no exista un documento que lo confirme o verifique. En términos generales la propiedad se afirma a pesar de que se debiera cumplir con otros requisitos. Esta regla recibe el nombre de Jazaká porque no solo se trata de repetición sino de reafirmación, una categoría diferente decisiva que sobresale cuando se leen por tercera vez las profecías de redención.

La Parashá comienza con las palabras: "Mira que pongo delante de ustedes hoy bendición si cumplen los preceptos y maldición si se apartan del camino de D-os; y luego aconseja a que se escoja la bendición cumpliendo todas las leyes y preceptos. Esta es una de las formulaciones del Libre Albedrío o libertad de elección que tiene la persona entre el bien y el mal.

El bien y el mal no dependen de la persona, de su juicio u opinión, estos están previamente determinados en la Torá, lo único que una persona puede hacer es elegir entre ambos. La elección acertada conducirá a una vida de bendición y refinamiento a partir del cumplimiento de las mitzvot destinadas a tal fin, que reafirman además el carácter espiritual trascendente que tiene el hombre en contraposición a todos los demás seres creados.

Cuando la Torá se refiere a la ciudad de Jerusalem usa la expresión: "el lugar que D-os escogió". Traducido literalmente el nombre Yerushalaim significa "total reverencia". Eso no sólo se refiere a la localización geográfica sino que incluye todo lugar en el cual el judío cumpla su servicio espiritual. Se considera que "una persona se encuentra donde está su voluntad". Esta es la razón que explica por qué los judíos rezan en dirección al Este teniendo en mente a Israel, Jerusalem, el Templo y el Arca donde se encuentran las Tablas de la Ley.

Rosh Jodesh Elul es el comienzo del último mes del año que es considerado como mes de balance y reflexión, un tiempo para analizar nuestro comportamiento en el año que está por finalizar y de preparación espiritual para el comienzo del año que entra con la celebración de los Días Solemnes de Rosh Hashaná y Yom Kipur. En el mes de Elul se toca el Shofar todos los días después del rezo matutino con excepción de Shabat y el día anterior a Rosh Hashaná. Al rezo matutino y verpertino se añade el Salmo 27 que expresa la absoluta fe en D-os. Se da Tzedaká adicional cada día. Se reza Slijot que son plegarias especiales en las cuales se pide perdón a D-os y se bendice el año venidero. Los ashkenazíes en la semana anterior a Rosh Hashaná y los sefaradíes durante todo el mes. Ese período tiene su origen en los tiempos de Moshé quien después del éxodo subió tres veces al Monte Horev en el Sinaí. La primera vez el 7 de Siván al día siguiente de la entrega de la Torá, la segunda el 18 de Tamuz cuando pide a D-os que perdone al pueblo por el pecado del becerro de oro y la tercera vez en el 1° de Elul -ocasión en la cual se toca el Shofar- cuando Moshé permanecío allí hasta diez días después -Yom Kipur- día en el cual D-os perdona al pueblo de Israel. Los cuarenta días desde Rosh Jodesh Elul hasta Yom Kipur son considerados desde entonces como expresión de bondad y perdón por parte de D-os y de arrepentimiento y retorno por parte del pueblo. [regreso al índice]

En esta Parashá se tratan las leyes relacionadas con el sistema judicial del pueblo judío y el establecimiento de tribunales. En todas las ciudades donde residían menos de 120 personas establecieron los Beit Din -tribunal de tres rabinos, competente para decidir sobre casos de índole económica, pero no de vida o muerte. En las ciudades de más de 120 habitantes establecieron el "Pequeño Sanhedrín" compuesto de 23 rabinos que tenían el derecho de juzgar todo caso, hasta los de vida o muerte. Cerca del Monte del Templo habian tres cortes: un Bet Din de 23 jueces en su entrada; un Tribunal de 23 jueces en su antesala y el Gran Sanhedrín de 71 jueces, inclusive su máximo representante, que se reunían a diario en el Templo Sagrado. Para ser juez el candidato era examinado en su conocimiento de Torá, inteligencia y capacidad de juzgar, esas y las otras cualidades enumeradas anteriormente en Parashá Devarim, aprobaban su derecho a ser nombrado juez y ordenado como tal por un Jajam -sabio. La Torá advierte al juez que no acepte soborno ni de plata ni de honores, ni cualquier consideración personal que pueda influir aún en lo más mínimo en su forma de decidir en el caso.

En esta Parashá también se otorga el precepto de coronar a un rey sobre el pueblo judío. El rey tenía que ser escogido por un profeta de D-os y por el Sanedrín. Su rol como monarca era fortificar y elevar el estudio de la Torá, difundir justicia y bondad en el mundo entero, subyugar a los malvados, conquistar las naciones enemigas y emitir juicios para su pueblo. Para que no abusara de sus poderes el rey tenía tres prohibiciones fundamentales: No tener más caballos de lo necesario, no tener más esposas de lo permitido y no amasar más riquezas que las que necesita para manterner sus fuerzas armadas. El rey tenía la obligación de escribir un Séfer Torá especial y leer partes específicas en público en momentos de asambleas nacionales en el año de Hakel. La Torá prohibe arrogancia y vanidad y el orgullo se considera como idolatría ya que no permite la presencia de D-os en la vida de la persona. Aún el rey de Israel con todos sus honores y riquezas tenía leyes que lo protegían de sobrepasarse.

La tribu escogida para reinar eternamente fue la de Yehudá. Mientras dure el exilio no hay reyes, la promesa es que serán restablecidos en el futuro a través del Mashíaj descendiente de Yehudá. Por qué fue elegida la tribu de Yehudá para reinar sobre Israel? 1) Porque Yehudá hijo de Yaacov declaró su culpabilidad públicamente en el caso de Tamar; 2) Yehudá previno la muerte de Yosef cuando los demás hermanos querían matarlo y él los convenció de venderlo a los filisteos; 3) Por santificar el nombre de D-os al llegar al Mar Rojo y no temer cruzarlo; 3) Por su cualidad de humildad, su nombre Ye-hu-dá contiene las mismas letras del nombre de D-os cuyos atributos ellos emulan, y en la dalet de su nombre presentimos al rey David, escogido entre los reyes.

En esa época de la historia los pueblos paganos utilizaron muchas formas de idolatría y artes mágicas tanto para adivinar el futuro como para cambiar los destinos de las personas. Estas prácticas fueron prohibidas al pueblo judío y bajo ninguna circunstancia se permitió ni se permite usarlos. La Torá en esta Parashá enumera los siguientes tipos: pasar los niños por el fuego de Molej como sacrificio para cambiar destinos, consultar objetos como palos u otros elementos para adivinar el futuro, declarar ciertos momentos como propicios o no para llevar a cabo diferentes misiones, adivinaciones, especular sobre el futuro por interpretación de hechos y actuar de acuerdo a los mismos, todo tipo de magia negra, atraer reptiles y otros tipos de animales para usarlos en rituales de magia, consultar a los muertos con la ayuda de mediums o de otras formas. La Torá nos asegura que el pueblo judío no debe usar estas prácticas y formas de hechizos o magia ya que tiene que confiar en una protección especial de D-os al cumplir con las mitzvot, y que puede cambiar su destino sólamente a través de éstas.

En esta Parashá se trata también lo relacionado con las ciudades refugio adonde podía ir la persona que había matado a otra accidentalmente y allí vivir el resto de su vida. También se aclara los grados de transgresión y se hace énfasis en que al transgredir una ley "liviana" como es el amor al prójimo, se termina infringiendo la de "no odiarás a tu hermano... no tomarás venganza...." y finalmente "no matarás". Tanto como "aveirá goréret aveirá" -una transgresión trae consigo otra más grave aún, también "mitzvá goréret mitzvá" -un precepto cumplido lleva al cumplimiento de otros más. D-os no quiere que dependamos de milagros, por eso es que tenemos la ordenanza de formar una fuerza armada para protegernos. Durante la batalla, el soldado no deberá afligirse ni ser cobarde ya que tiene que pensar que el Todopoderoso está a su lado. Los eximidos de pelear en la batalla son: el que se comprometió para casarse y aún no lo ha hecho, el que construyó una casa y aún no ha vivido en ella ni le ha puesto sus Mezuzot, el que senbró una viña sin derivar beneficios de sus frutos. Estos y las personas con miedo a la confrontación, quedarán atrás para ayudar con lo necesario para el buen funcionamiento de las fuerzas. [regreso al índice]

Esta Parashá comienza con describir una situación en la que Israel sale en guerra contra una nación enemiga. Al estar en el territorio enemigo había la posibilidad de mucho contacto con las mujeres de la nación ajena, las cuales eran llevadas al frente para distraer a los soldados. Para que un soldado pudiera llevar una mujer de otra nación con él a Israel tenía que somerterse a un mes de luto para que ella también tuvierse la oporutnidad de acostumbrarse a su nuevo país, nueva casa y nueva religión. Si no se acostumbraba y decidía no convertirse, el judío debía dejarla en libertad y no tenía derecho a esclavizarla ni venderla a otro.

La Torá tratá en esta porción el problema del "hijo rebelde" y da ciertas pautas a seguir en la educación de los hijos. Los padres no pueden dejar pasar las pequeñas rebeldías de un niño porque terminarán agravándose. El énfasis es que la educación no empiece a la eda que el niño ya pueda razonar sino aún antes de su nacimiento. La madre se prepara para recibir al niño con las leyes de Taharat HaMishpajá -pureza familiar. Al nacer el niño se le da un nombre judío. La decoración de su cuarto y los objetos que ve deben ser aptos para un niño judío. Desde la cuna sus primeras palabras deberán ser el Shemá Israel y el Modé Aní y así sucesivamente el niño va llevando un tesoro de conocimientos y sentimientos adecuados para él, un respaldo que en toda su vida le ayuda a identificarse como miembro del pueblo de Israel.

También se trata lo relativo a la mitzvá de no dejar un cuerpo sin enterrar más tiempo de lo absolutamente necesario. En Israel la mitzvá es que no pase la noche sin su entierro. Se considera una falta de respeto al Todopoderoso dejar al cuerpo sin sepultar más tiempo de lo imprescindible.

El primer "departamento de objetos perdidos" fue descrito en la Torá ya que se considera una mitzvá especial la devolución de la propiedad perdida. El Templo tenía un lugar específico donde se podía ir a reclamar o buscar los objetos perdidos.

La Torá pide respetar la distinción entre los sexos. Al hombre no le es permitido verstirse con ropas que usan las mujeres y ellas deben observar vestimenta adecuada y recatada. Ninguna persona debe buscar maneras que le hagan ver como miembros del otro sexo.

El judío que encuentra un nido de ave no puede quitar los huevos ni pichones sin primero alejar a la madre. Maimónides explica que este precepto nos enseña a ser más comprensivos y misericordiosos y por consiguiente podemos esperar la comprensión y misericordia de D-os.

Elul es en el calendario judío el mes dedicado al análisis y autoevaluación de nuestros sentimientos, modo de vida y conducta en la relación con D-os y con el prójimo. Es el tiempo propicio para conectarnos con nuestra esencia judía y acercarnos a D-os quien en este mes más que en en ningún otro, está a la disposición de todos aquellos que lo buscan. Ese período especial tiene sus orígenes en el tiempo de Moshé Rabeinu, después de la salida de Egipto. [regreso al índice]

La mitzvá de Bikurim es tratada en esta Parashá. Es un ejemplo del esfuerzo que hace el pueblo judío para embellecer los mandamientos. Al ser mandado a traer sus primeros frutos al Templo como ofrenda la nación la llevó a cabo con una procesión festiva y con músicos acompañantes, cestas decoradas y actos especiales. Todo el proceso era un ejemplo vivificante del amor del pueblo a D-os.

Moshé resume las enseñanzas de la Torá y exhorta al pueblo que aún cuando han pasado muchos años desde que recibieron la Ley, ésta tiene que estar "fresca" en sus mentes y en su quehacer diario como si la hubiesen recibido ese mismo día. A la vez le explica que la forma de lograr eso es a través del estudio y el cumplimiento de sus preceptos. En esta Parashá también se enumera las bendiciones y los peligros relacionados con los actos del pueblo judío tanto en su totalidad como individualmente. Ya en Parashiot Bejukotai fueron pronunciadas bendiciones y maldiciones pero en esta Parashá hay varias diferencias ya que en Bejukotai se trata sobre la destrucción del Primer Templo y el exilio a Babilonia, y en esta Parashá la segunda destrucción.

Los espías que mandó Moshé Rabeinu a la Tierra Santa fallecieron el día 17 de Elul. Ellos pecaron el 8 de Av al hablar mal de la Tierra Santa, pero D-os les concedió 40 días hasta el 17 de Elul en recompensa a los 40 días que recorrieron Israel. Al notar la severidad de la penalidad los rabinos recalcan: "Hay que tener en cuenta lo negativo de la habladuría, por difamar piedra y madera fueron castigados severamente, cuanto más castigo para aquél que blasfema a su prójimo".

El 25 de Elul es el día en que fue creado el mundo. Adam fue creado en el sexto día que coincide con el día de Rosh Hashaná. Hay algunas comunidades que leen la porción de Bereshit que describe la creación de cada día en particular. El mensaje de Teshuvá adquiere en este mes de Elul un carácter especial. Como muestra de su amor hacia su pueblo, D-os en su magnífica bondad acepta la Teshuvá -arrepentimiento- del judío en cualquier oportunidad en que éste decidiera abandonar la senda del pecado. Apesar de que la Teshuvá es oportuna en cualquier ocasión, los días del mes de Elul que son los últimos del año se hacen más propicios. A tal efecto Rabí Shneur Zalman de Liadi -fundador de Jabad Lubavitch- da un ejemplo muy esclarecedor al respecto: Todo el año, aquel que desea ser recibido en una audiencia especial con el Rey debe primero pasar por guardias, secretarios, jefes de cámara, consejeros.... en fin, toda una maquinaria burocrática que reglamenta la conducta dentro del palacio real. Cada uno de los funcionarios del palacio deberá entender la causa del especial pedido de audiencia y autorizarla como válida, así dificultando a cada paso la posibilidad de llegar a tan ansiada audiencia real. Sin embargo el rey en su afán de hacer el bien a su pueblo, en una época del año sale de su palacio hacia el campo y se aventura cara a cara con su pueblo concediéndoles sus pedidos. Del mismo modo -dice Rabí Shneur Zalman- eligió D-os al mes de Elul como mes dedicado especialmente a este fín, apesar de que la Teshuvá es aceptada todo el año. El poder de la Teshuvá es tan grande que aún cuando se hace por temor al castigo transforma los pecados en actos benignos, y cuando se hace por amor a D-os los convierte en actos de bien. La Teshuvá puede cambiar el destino del hombre. Es también uno de los 613 preceptos de la Torá: "y retornarás a D-os, tu D-os, y le obedecerás". La verdadera Teshuvá se prueba cuando al penitente se le presenta la ocasión de cometer el mismo pecado en las mismas condiciones y tiene todas las posibilidades de hacerlo pero se abstiene. Todos los años en Rosh Hashaná se lleva a cabo el recuento de las buenas y malas acciones de cada persona. Al justo se le inscribe en el Libro de la Vida, al impío se le decreta lo contrario y al hombre intermedio se le otorga un plazo hasta Yom Kipur, cuando al hacer Teshuvá se le considera entonces justo. El sentido fundamental de la palabra Teshuvá es retornar a D-os con todo el corazón y el alma para servirle y observar Sus preceptos. [regreso al índice]

Estas dos Parashiot se leen en Shabat antes de Rosh Hashaná. Hacen el recuento de las actividades de Moshé en el día de su muerte a los 120 años, antes de la entrada del pueblo a la tierra de Israel. El mensaje de estas dos secciones semanales, Nitzavim que significa "parados fírmemente" y Vayélej en lo contrario "y caminó" enseña la necesidad de ser estables, de tener una postura firme en cuanto a los principios y acciones judáicas pero al mismo tiempo nos compele al avance permanente en el proceso de nuestro desarrollo espiritual y humano.

Moshé se dirige a todo el pueblo reunido en asamblea para formalizar el nuevo convenio de D-os con el pueblo de Israel, en el cual quedan incluídos todos los presentes sin distinción de clases sociales, riqueza, o conocimientos, y además todos aquellos judíos que nacerían en el futuro y cuyas almas estaban presentes en aquel momento, del mismo modo que en el Sinaí cuando fue entregada la Torá. El convenio confirma el compromiso del pueblo judío y el potencial que tiene cada uno de sus miembros, cualquiera sea su condición, para elevarse espiritualmente. A la vez advierte de nuevo sobre las consecuencias que tendrá que sufrir de no cumplir con los preceptos indicados en la Torá, sea a nivel individual o general. A continuación Moshé habla sobre el futuro cuando el pueblo judío se aleje de la Torá y les promete que D-os aceptará su Teshuvá -retorno- y los reunirá entre todas las naciones donde estén dispersos dando por terminado el exilio con la redención final y la llegada del Mashíaj. También hace alusión al tiempo de "Hester Panim" -ocultamiento del Rostro de D-os- que corresponde a la situación del exilio actual. Moshé finaliza al explicar que la vía del retorno es a través del estudio de la Torá, que está al alcance de toda persona y puede ser practicada en todas las facetas de su vida cotidiana, en pensamiento, palabra y acción pues la Torá es fuente de vida.

El día de su muerte el 7 de Adar del año 2.488, Moshé además de renovar el convenio de D-os con el pueblo de Israel bendijo a cada una de las Tribus. Transcribió trece veces la Torá desde Bereshit hasta las últimas palabras "ante los ojos de todo Israel" distribuyendo a cada tribu un Séfer Torá colocando el décimotercero en el Aron HaKodesh -arca sagrada- custodiada por los Leviim -levitas. Aún cuando el comienzo de cada mes es anunciado y bendecido en la sinagoga -Shabat Mevarjim- este sábado que precede a la luna nueva de Tishrei es el único mes que no es bendecido por nosotros sino directamente por D-os, lo que nos da fuerzas para poder bendecir el resto de los meses del año. El signo zodiacal del mes de Tishrei es la balanza -moznaim- que alude al tiempo en que D-os sopesa las buenas y las malas acciones del hombre. Tishrei es el mes que encabeza al año y así como la cabeza dirige todos los miembros y aloja nuestros sentidos, así sus días influencian y dirigen el curso del año que entra. En el mes de Tishrei es decretado todo lo que va a acontecer a las personas durante el año. El mayor número de mitzvot están concentradas en el mes de Tishrei y representan de alguna manera todos los matices de la vida judía que sirven de orientación para todo el año.

En cada año en Rosh Hashaná declaramos y coronamos a D-os como nuestro Rey, Soberano Absoluto del Universo en general y de cada individuo en particular, tal como lo hizo Adam el mismo día en que fue creado. En Rosh Hashaná nacieron Caín y Abel cada uno con una hermana gemela. De acuerdo a algunos opiniones las aguas del diluvio se secaron en Rosh Hashaná. También nacieron en esta fecha Abraham, Itzjak y Yaacov. La Akeidá -sacrificio de Isaac- fue en el segundo día de Rosh Hashaná y las matriarcas Sara y Rivka fueron bendecidas con hijos en respuesta a sus plegarias también en Rosh Hashaná. [regreso al índice]

La presente Parashá se lee el sábado entre Rosh Hashaná y Yom Kipur que recibe el nombre de Shabat Shuvá, porque en él se lee la Haftará -párrafo de los profetas- a continuación de la lectura de la Torá y que comienza con las palabras Shuvá Israel -retorna Israel- del Profeta Hoshea -Oseas- y que hace alusión al significado especial de estos días. También se le llama Shabat Teshuvá -sábado de retorno- pues es el Shabat de los "10 días de retorno" -Aséret Yemei Teshuvá.

En los diez días que van de Rosh Hashaná a Yom Kipur y que incluyen a ambas festividades, se acostumbra a dar más Tzedaká -caridad, la persona se dedica a la plegaria con mayor devoción y se cumplen de manera más escrupulosa con Torá y mitzvot.

Parashá Haazinu está dedicada a la canción profética -shirá- que enseña Moshé al pueblo judío en el día que fallece. En la misma se refiere a las bondades de D-os con el pueblo de Israel, vaticina el alejamiento del pueblo de la Torá y del cumplimiento de la voluntad divina y alude al castigo que recibirá por ello, situación que será caracteristica de la era premesiánica. Describe el final del exilio y del sufrimiento con la Redención Final y el castigo a los opresores de los pueblos.

Existen diez shirot -canciones proféticas- que son: "Mizmor Shir Leyom HaShabat" compuesta por Adam en Gan Eden en honor al Shabat; "Shirat Yam Suf" cantada por Bnei Israel en alabanza a D-os por haberlos sacado de Egipto; la "Shirá" cantada en la Fuente de Miriam por todo el pueblo; la canción de "Haazinu" enseñada por Moshé; la canción entonada por Yehoshúa, cuando venció a los Amorreos en Givón al detenerse milagrosamente el sol; la canción de Dévora y Barak por la victoria alcanzada contra los Canaaneos, la "Shirá de Janá" cuando tuvo a su hijo Shmuel -Samuel- después de muchos años de esterilidad; la canción que compuso el Rey David en los últimos años de su vida agradeciendo a D-os por haberlo salvado de sus enemigos; y "Shir HaShirim" el Cantar de los Cantares compuesta por el Rey Salomón. La décima y última canción será entonada por el pueblo judío cuando D-os los redima del presente exilio. A diferencia de las demás tiene género masculino -Shir- en vez de shirá y está mencionada en Isaías 26:1, marcará el final de todos los exilios y no será seguida por ningún sufrimiento, ni desventura como las anteriores que fueron redenciones parciales. En una de las partes de Haazinu, Moshé le reclama al pueblo diciéndole que D-os le ha dado al hombre la capacidad de olvidar y éste la ha usado en su contra olvidando a D-os. Las diferentes habilidades pueden ser usadas por las personas de modo constructivo o destructivo según su elección. La posibilidad de olvidar es un regalo de Hashem dado a los humanos para que puedan seguir viviendo a pesar de los problemas y contrariedades que les ha correspondido vivir, pero a veces es utilizada de mala manera, al olvidar las cosas positivas, los favores, las salvaciones y hasta a D-os que los creó y les dió la posibilidad de olvidar.

El día 3 de Tishrei es el Ayuno de Guedaliá. En ese día se recuerda el asesinato de Guedaliá Ben Ajikma, último gobernante judío en la tierra de Israel después de la destrucción del Primer Templo y el exilio babilónico. Con la desaparición de Guedaliá se borró el último vestigio judío en Israel completándose totalmente el exilio del pueblo. Este ayuno empieza con el amanecer -se puede desayunar- pero muy temprano, y finaliza una hora después del ocaso.

El Tashlij es la oración que se dice parados a la orilla de un lago, río o manantial preferiblemente donde haya peces. Cuando no se ha hecho Tashlij en Rosh Hashaná se puede hacer en los días siguientes antes de Yom Kipur. Esta costumbre deriva de las palabras del Profeta Mijá -Miqueas (7:18-20): "y Tu arrojarás -Tashlij- todos los pecados a los abismos del mar". Esta oración tiene diferentes significados cabalísticos pues en este versículo se mencionan los Trece Atributos de Misericordia Divina.

Desde Rosh Hashaná hasta Yom Kipur inclusive, en la oración de Shmoné Esré -Amidá- se suplantan las palabras "el D-os Santo" por "el Rey Santo" y "Rey que ama la justicia y el Juicio" por "el Rey del juicio". Ello se debe a que en estos días D-os juzga a todo el universo. La expresión hebrea con la que se desea un buen año nuevo "LeShaná Tová Tikatevú Vetejatemú" significa: "escritos y sellados en el Libro de Vida". [regreso al índice]

Con esta Parashá concluye la lectura de la Torá en el día de Simjat Torá, ocasión en la cual también se comienza a leer de nuevo con Parashá Bereshit: Desde el principio...

El pueblo de Israel, tribu por tribu, recibe la bendición de Moshé quien luego de haberlos amonestado en tantas ocasiones, desde el comienzo del Libro de D´varim -Deuteronomio- y en la canción de Haazinu, decide bendecirlos en esta ocasión. De allí la enseñanza para los profetas posteriores de terminar sus sermones con bendiciones y palabras reconfortantes. Al bendecir al pueblo Moshé recibe el nombre de "Hombre de D-os" pues su vida es la demostración de la posibilidad que tiene el ser humano de parecerse al Creador. La Torá establece: "Torá Tzivá lanu Moshé, morashá kehilat Yaacov" -Moshé nos encomendó la Torá, herencia de la Congregación de Yaacov. El Talmud dice que tan pronto un niño empieza a hablar sus padres tienen la obligación de enseñarle ese versículo. Es la prioridad antes que el alfabeto, que los Diez Mandamientos y que el Shemá Israel. La herencia de la Torá transmitida al pueblo de Israel por Moshé es un modo de vida que debe ser enseñado a todo niño judío con la particularidad en este versículo que cada vez que los padres lo enseñan a sus hijos les recuerda su obligación de compartir con ellos esa herencia y vivenciarla. El elemento de pluralidad expresado en el término congregación indica el deber que tienen todos los judíos de cumplir con la Torá, no sólo un selecto número de personas o Rabinos. La llamada religiosidad -cumplimiento de la Torá y mitzvot, vida según los estatutos- compete en el judaísmo a todos los miembros.

Antes de su muerte en el Monte Nevó, Moshé visualizó toda la historia del pueblo judío hasta la llegada del Mashíaj. También adquirió el máximo nivel de sabiduría posible que según la Cábala es el cincuenta. Su nivel de profecía fue superior al de todos los demás profetas y por tanto ningún tribunal o ley puede cambiar ni tan siquiera una letra de la Torá. Sólo Moshé tuvo la capacidad de hablar con D-os en cualquier momento sin preparación. Al morir a los 120 años estaba totalmente lúcido y conservaba la vitalidad física, espiritual e intelectual. Después de su muerte su cuerpo no decayó por el nivel de su santidad, el pueblo lo lloró en el valle de Moab por treinta días, tiempo en el cual las Nubes de Gloria permanecieron por sobre el Tabernáculo.

La primera letra de la Torá es Bet de Bereshit, la última es la Lamed de Israel, ambas forman la palabra "lev" que en hebreo significa corazón. La Torá indica que el mundo fue creado para que el pueblo de Israel llevara a cabo su misión, tal como está dicho en Jeremías 2:3 "Israel es santo para D-os, el primero de sus productos". Hashem concibió al universo para que Israel estudiara y observara Su Ley a fin de concederle a la humanidad un patrón ético y moral que la oriente, como Maimónides escribió: "la Torá fue dada para consolidar la paz en el mundo". [regreso al índice]

LECTURA DE LA PARASHÁ Y HAFTARÁ CORRESPONDIENTE

[regreso al índice parashá de la semana] [ índice plegaria y liturgia ]

PARASHÁ HAFTARÁ
(Sección de la Torá) (Selección de textos históricos o proféticos)
1. Bereshit, Génesis 1, 1 - 6, 8
2. Noah, Génesis 6, 9 - 11, 32
3. Lej Lejá, Génesis 12, 1 - 17, 27
4. Vayerá, Génesis 18, 1 - 22, 24
5. Jayé Sara, Génesis 23, 1 - 25, 18
6. Toledot, Génesis 25, 19 - 28, 9
7. Vayetsé, Génesis 28, 10 - 32, 3
8. Vayishlaj, Génesis 32, 4 - 36, 43
9. Vayesheb, Génesis 37, 1 - 40, 23
10. Mikets, Génesis 41, 1 - 44, 17
11. Vayigash, Génesis 44, 18 - 47, 27
12. Vayjí, Génesis 47, 28 - final
13. Shemot, Exodo 1, 1 - 6, 1
14. Vaerá, Exodo 6, 2 - 9, 35
15. Bo, Exodo 10, 1 - 13, 16
16. Beshalá, Exodo 13, 17 - 17, 16
17. Yitró, Exodo 13, 1 - 20, 23
18. Mishpatim, Exodo 18, 1 - 24, 18
19. Terumá, Exodo 25, 1 - 27, 19
20. Tetsavé, Exodo 27, 20 - 30, 10
21. Ki Tisá, Exodo 30, 11 - 34, 35
22. Vayakjel, Exodo 35, 1 - 38, 20
23. Pekudé, Exodo 38, 21 - final
24. Vayikrá, Levítico 1, 1 - 5, 26
25. Tsav, Levítico 6, 1 - 8, 36
26. Sheminí, Levítico 9, 1 - 11, 47
27. Tazriá, Levítico 12, 1 - 13, 59
28. Metsorá, Levítico 14, 1 - 15, 33
29. Ajaré Mot, Levítico 16, 1 - 18, 30
30. Kedoshin, Levítico 19, 1 - 20, 27
31. Emor, Levítico 21, 1 - 24, 23
32. Bejar, Levítico 25, 1 - 26, 2
33. Bejukotai, Levítico 26, 3 - final
34. Bamidbar, Números 1, 1 - 4, 20
35. Nasó, Números 4, 21 - 7, 89
36. Bejahaloteja, Números 8, 1 - 12, 16
37. Shelá Lejá, Números 13, 1 - 15, 41
38. Koraj, Números 16, 1 - 18, 32
39. Jukat, Números 19, 1 - 22, 1
40. Balak, Números 22, 2 - 25, 9
41. Pinjas, Números 25, 10 - 30, 1
42. Matot, Números 30, 2 - 32, 42
43. Masé, Números 33, 1 - final
44. Devarim, Deuteronomio 1, 1 - 3, 22
45. Vaetjanán, Deuteronomio 3, 23 - 7, 11
46. Ekev, Deuteronomio 7, 12 - 11, 25
47. Reé, Deuteronomio 11, 26 - 16, 17
48. Shofetim, Deuteronomio 16, 18 - 21, 9
49. Ki Tetsé, Deuteronomio 21, 10 - 25, 19
50. Ki Tabó, Deuteronomio 26, 1 - 29, 8
51. Nitzavim, Deuteronomio 29 9 - 30, 20
52. Vayelé, Deuteronomio 31, 1 - 30
53. Haazinu, Deuteronomio 32, 1 - 52
54. (Leida en Simjá Torá) Deuteronomio 33, 1 - final
a ) Rosh Jodesh, Números 28, 9 - 15
b ) Día anterior a Rosh Jodesh,    
c ) Januká,    
d ) Januká, segundo Shabat,    
e ) Shekalim, Exodo 30, 11 - 16
f ) Zajor, Deuteronomio 25, 17 - 19
g ) Pará, Números 19, 1 - 22
h ) Hajodesh, Exodo 12, 1 - 20
i ) Hagadol (antes de Pesaj)    
1. Isaías 42, 5 - 21; 61, 10; 62, 5 . . Indice Parashá y Haftará
2. Isaías 54, 1-10 . . Indice Parashá y Haftará
3. Isaías 40, 27- 41, 16 . . Indice Parashá y Haftará
4. II Reyes 4, 1 - 23 . . Indice Parashá y Haftará
5. I Reyes 1, 1 - 31 . . Indice Parashá y Haftará
6. Malaquías 1, 1 - 2, 7 . . Indice Parashá y Haftará
7. Joseas 11, 7 - 12, 12 . . Indice Parashá y Haftará
8. Obadía, completo . . Indice Parashá y Haftará
9. Amos 2, 6 - 3, 8 . . Indice Parashá y Haftará
10. I Reyes 3, 15 - 4, 1 . . Indice Parashá y Haftará
11. Ezequiel 37, 15 - 28 . . Indice Parashá y Haftará
12. I Reyes 2, 1 - 12 . . Indice Parashá y Haftará
13. Jeremías 1, 1 - 2, 3 . . Indice Parashá y Haftará
14. Ezequiel 28, 25 - 29, 21 . . Indice Parashá y Haftará
15. Jeremías 46, 13 - 48 . . Indice Parashá y Haftará
16. Jueces 5, 1 - 31 . . Indice Parashá y Haftará
17. Isaías 6, 1 - 13 . . Indice Parashá y Haftará
18. Jeremías 34, 8 - 22, y 33, 25, 26 . . Indice Parashá y Haftará
19. I Reyes 5, 26 - 6, 13 . . Indice Parashá y Haftará
20. Ezequiel 43, 10 - 27 . . Indice Parashá y Haftará
21. I Reyes 18, 20 - 39 . . Indice Parashá y Haftará
22. I Reyes 7, 13 - 26 . . Indice Parashá y Haftará
23. I Reyes 7, 40 - 50 . . Indice Parashá y Haftará
24. Isaías 43, 21 - 44, 23 . . Indice Parashá y Haftará
25. Jeremías 7, 21 - 8, y 3 y 9, 22, 23 . . Indice Parashá y Haftará
26. II Samuel 6, 1 - 19 . . Indice Parashá y Haftará
27. II Reyes 4, 42 - 5, 19 . . Indice Parashá y Haftará
28. II Reyes 7, 3 - 20 . . Indice Parashá y Haftará
29. Ezequiel 22, 1 - 16 . . Indice Parashá y Haftará
30. Ezequiel 20, 2 - 20 . . Indice Parashá y Haftará
31. Ezequiel 44, 15 - 31 . . Indice Parashá y Haftará
32. Jeremías 32, 6 - 27 . . Indice Parashá y Haftará
33. Jeremías 16, 19 - 17, 14 . . Indice Parashá y Haftará
34. Joseas 2, 1 - 22 . . Indice Parashá y Haftará
35. Jueces 13, 2 - 25 . . Indice Parashá y Haftará
36. Zacarías 2, 14 - 4, 7 . . Indice Parashá y Haftará
37. Josué 2, 1 - 24 . . Indice Parashá y Haftará
38. I Samuel 11, 14 - 22, 22 . . Indice Parashá y Haftará
39. Jueces 11, 1 - 33 . . Indice Parashá y Haftará
40. Micá 5, 6 - 6, 8 . . Indice Parashá y Haftará
41. I Reyes 18, 46 - 19, 21 . . Indice Parashá y Haftará
42. Jeremías 1, 1 - 2, 3 . . Indice Parashá y Haftará
43. Jeremías 2, 4 - 28, y 4, 1 - 2 . . Indice Parashá y Haftará
44. Isaías 1, 1 - 27 . . Indice Parashá y Haftará
45. Isaías 40, 1 - 26 . . Indice Parashá y Haftará
46. Isaías 49 14 - 51, 3 . . Indice Parashá y Haftará
47. Isaías 54, 1 - 10 . . Indice Parashá y Haftará
48. Isaías 51, 12 - 52, 12 . . Indice Parashá y Haftará
49. Isaías 54, 1 - 10 . . Indice Parashá y Haftará
50. Isaías 60 1 - 22 . . Indice Parashá y Haftará
51. Isaías 61, 10 - 63, 9 . . Indice Parashá y Haftará
52. Joseas 14, 2 - 10 y tres últimos versos de Micá . . Indice Parashá y Haftará
53. II Samuel, 22 1 - 51 . . Indice Parashá y Haftará
54. Josué 1, 1 - 10, e Isaías 61, 10; 62, 5 . . Indice Parashá y Haftará
a ) Isaías 66, 1 - 24 . . Indice Parashá y Haftará
b ) I Samuel 20, 18 - 42 . Indice Parashá y Haftará
c ) Zacarías 2, 14 - 4, 7 . Indice Parashá y Haftará
d ) I Reyes 7, 40 - 50 . . Indice Parashá y Haftará
e ) II Reyes 11, 17 - 12, 17 . .Indice Parashá y Haftará
f ) I Samuel 15, 1 - 34 . .Indice Parashá y Haftará
g ) Ezequiel 36, 16 - 36 . . Indice Parashá y Haftará
h ) Ezequiel 45, 18 - 46, 15 . . Indice Parashá y Haftará
i ) Malaquías 3, 4 - 24 . . Indice Parashá y Haftará

FUENTES:

Fuente

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